LAS CUATRO ETAPAS DEL ACTO DIDÁCTICO
LAS CUATRO ETAPAS DEL ACTO DIDÁCTICO
ANÁLISIS DE ARTÍCULO
Autor artículo: José Antonio Fernández Bravo
Autoras del análisis:
EL BAIR EL ABBASS, WISSAL
MARTÍN GONZALEZ, MARINA
VARA BURGALETA, ANA MARÍA
Este
artículo de José Antonio Fernández Bravo, desarrolla y explica las etapas del
acto didáctico que, para su juicio, son: Elaboración (Observación, Realización
y Transformación), Enunciación, Concretización y Abstracción. Todo esto lo
consigue diferenciar mediante un Planteamiento Didáctico, en el cual desarrolla
diferentes actividades de ejemplo que trabajan “Largo-Corto y Alto-Bajo”.
Este artículo se estructura a partir de la descripción de las diferentes etapas del acto didáctico, empezando por la etapa de Elaboración. Esta etapa consiste en la formación intelectual del concepto que
se pretende enseñar a los alumnos. Para conseguirlo, el profesor deberá crear un desafío en el que el alumno por sí solo llegue al objetivo mediante su intuición e investigación. Por lo tanto, se deberá evitar las etiquetas de “bien” y “mal”. Tanto si la respuesta del alumno es correcta o incorrecta, se deberá guiar al alumno a comprobarlo por sí solo hasta llegar a una conclusión válida. De esta manera, se fomenta la calidad cualitativa del aprendizaje, ya que permitimos a los niños construir su propio conocimiento.
Consideramos que no solamente en este proceso se deben quitar esas etiquetas, sino que en todo el proceso de enseñanza-aprendizaje. Ya que como aprendimos en el otro artículo de los errores del mismo autor, esas etiquetas de “bien” y “mal” apagan la creatividad del niño y sus ganas de seguir deduciendo por su cuenta y resolver problemas.
Las tres fases que menciona el autor como parte de la etapa de Elaboración son: la Observación, la Realización y la Transformación. Durante estas fases, el alumno pasa de observar y expresar lo que ve en la situación creada para aprender un concepto concreto, a elaborar conclusiones sobre este intelectualizando el concepto.
Tanto el autor como nosotras consideramos que esta primera etapa es muy importante para poder seguir con las siguientes. Ya que si por error consideramos que el alumno ha interiorizado los conceptos y seguimos con las siguientes etapas, llegaremos a un aprendizaje incorrecto o incompleto.
En la siguiente etapa de Enunciación que describe José Antonio F. B., el objetivo es simbolizar lo aprendido mediante una nomenclatura convencional científica. Una vez se haya entendido bien el concepto, se pondrá nombre a este. Y en la etapa de Concretización, se pasa a aplicar el concepto aprendido mediante situaciones que les sean familiares a los alumnos, siempre con su nomenclatura correcta.
Por último, en la etapa de Abstracción, el concepto aprendido se aplica en situaciones que no les sean familiares a los alumnos, es decir, situaciones ajenas a su experiencia. Esto permitirá al alumno aplicar y relacionar el aprendizaje llevado a cabo al mundo que le rodea.
El autor esclarece perfectamente la diferenciación de las etapas mediante Planteamientos Didácticos, con ejemplos de actividades para trabajar “Largo-Corto y Alto-Bajo”. Mediante estos ejemplos hemos podido terminar de comprender las diferentes etapas del Acto Didáctico. Podemos recalcar la manera en que el profesor deja que los niños lleguen al conocimiento por sí solos. Consideramos que es una de las metodologías que más fomenta un aprendizaje de calidad, por el cual los alumnos interiorizan mejor los conceptos. Esto se debe a que no se les dice directamente que “esto es alto” o “esto es bajo”, sino que se deja a los alumnos pensar y deducir el significado de los diferentes conceptos antes de enseñarles la nomenclatura.
Consideramos que estas etapas descritas por José Antonio F. B. deberían estar presentes en todas las aulas. El docente debería planificar bien el cómo enseñar conceptos nuevos y sobre todo planificar bien la etapa de Elaboración, ya que es la base para la formación intelectual de un nuevo conocimiento.
En
conclusión, este artículo permite tener una visión más clara de cómo llevar a
cabo la enseñanza en las aulas que sin duda aplicaremos en nuestra futura
profesión. Crear pequeños desafíos para que los niños resuelvan hace que estén
más motivados a formar parte del proceso de enseñanza-aprendizaje.
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